Que el mar estaba chico, que el periodo, que el viento, filo. Vámonos donde aquel viejo poeta, que alguna vez nos contó mil historias cuando éramos chicos, de esas mágicas olas.
Ahora, ya más viejos, recordamos aquellos momentos vividos en este hermoso lugar. Jhonny fuera de mi casa más motivado que nunca junto al hombre del lente mágico.
Sabían que el destino final sería frente a la casa del poeta y no detrás de su patio,  las olas estaban viniendo una tras otra, no de gran tamaño pero estaban ahí. Cara de mono al teléfono, automáticamente convocado a esta sesión, este viejo amigo desde el otro lado del litoral voló en su súper nave para compartir este momento con nosotros.
Ya dentro del agua me llamó la atención un pajarito que contemplaba tranquilamente como surfeábamos, por la mente se me pasó creer que podía ser ese viejo poeta amigo reencarnado en esa avecita que disfrutaba tanto como nosotros este momento.
Ya el viento del surf se hacía presente, tal vez para decirnos que hasta aquí nos mas era la cosa y que ya nos habíamos divertido de sobra.
El pajarito ya no estaba, encumbró su vuelo de repente y las pocas olas que habían dejaron de venir. Nos fuimos al otro lado pero ya no era lo mismo de otras veces, al parecer hasta acá no mas sería. Fue un buen momento de surf, en que pensábamos que no pasaría nada, pero pasó de todo, olas diversión, gente mirando asombrada . Mi abuela decía que la fe es lo que siempre hay que tener hasta el último y en esto del surf , vaya que hay que tenerla.
Esperamos seguir deleitándolos con nuestras historias, de antemano les pedimos que cuiden y limpien sus playas, que tanta diversión y buenos momentos no dejan en esta vida.
Texto/Pacheco
Fotos/Pavez

 

adminGeneral
Que el mar estaba chico, que el periodo, que el viento, filo. Vámonos donde aquel viejo poeta, que alguna vez nos contó mil historias cuando éramos chicos, de esas mágicas olas. Ahora, ya más viejos, recordamos aquellos momentos vividos en este hermoso lugar. Jhonny fuera de mi casa más motivado...