Está la cagada en este pueblito donde vivo. Todo convertido
en un basural. Paraíso de las moscas y los ratones.

La gran mayoría de los chilenos somos nada más que unos tristes y pobres weones, incultos y cochinos de mierda. Creemos que las plazas, las calles, las playas, los lagos, los ríos, los parques, son extensiones naturales de nuestro bote de basura. Todos tiran y tiran mierda a cualquier lugar a vista y paciencia de medio mundo. Y digo tiran, porque yo no boto basura. Prefiero andar como equeco cargado de mierda hasta llegar a casa y botarla donde corresponde.

Pichilemu es el paraíso de los cochinos en el verano…y parece que en toda época en verdad. Cientos de viejos y viejas de mierda, niños y wachiturros y la puta que los parió tirando porquería en todas, todas partes. Caminar por las mañanas rumbo al trabajo es como pasearse por un vertedero: papeles, bolsas plásticas, vasos de vidrio y plásticos, botellas, cajas de vino, chalas, zapatillas rotas, pañales cagados y meados, calzones y calzoncillos, calcetines, restos de fruta y comida, plástico y más plástico, cajetillas de cigarros. Hasta mierda humana es posible encontrarse.
Flaites de mierda, picantes, weones pungas cochinos. ¿En sus casa andarán cagando encima de la mesa? ¿Tirarán cáscaras de sandía debajo de la cama? ¿Botarán cientos de bolsas y papeles en el living comedor? ¿Será acaso que los chilenos llevamos en el código genético el mal de Diógenes?
Sí, Pichilemu es el paraíso de los orcos, de las ratas disfrazadas de personas que se ceban en la basura, hordas de pungas con cero educación, incultos hasta la médula que les importa un carajo convertir las calles en un mierdal.
Señor orco, señora flaite, wachiturro de una neurona: ¿les cuesta mucho guardar el cucurucho grasiento de sus papas fritas en un bolsillo o en una bolsa piola y botarlo al llegar a la casa? ¿Cuesta mucho decirle al punguita que llevan de la mano con los mocos colgando que cuando abra el helado espere hasta encontrar un basurero para botar el envoltorio?
Pero no seamos injustos con los huachacas de mierda; también los más cuicos o que se creen cuicos son unos cochinos de la puta madre. He visto ya demasiadas veces cómo asoman las manos desde sus 4×4 de llantas cromadas y botan bolsas, pañales, confort (moqueado, cagado o meado), cigarros y un largo etcétera. He visto rubiecitos onda comercial de Simond’s tirando envases de papas y doritos que es un gusto al suelo, y ni se arrugan. Y los papitos, igual de rubios ellos, no les dicen ni pío.
Picantes, pungas, cerdos. Así son nuestros lindos turistas y también muchos lugareños. Da vergüenza ver a los gringos recogiendo basura o mirando con estupor el nivel de contaminación que tenemos en el pueblo. Y no porque sean gringos, eso da lo mismo. El hecho es que es vergonzoso dar este espectáculo de vertedero. Habla mal de lo que somos como pueblo, como país, como grupo humano. Me imagino que algo que los extranjeros siempre deben comentar es lo sucio que es este país. Yo nunca he traspasado las fronteras de este basural llamado Chile, pero he conversado con amigos que sí han tenido la suerte de hacerlo, y me dicen que en otros lugares no hay una puta colilla de cigarros tirada en el suelo, y al que ensucia se le aplica una sanción económica o moral-social. Acá falta poco para que condecoremos con una medalla de honor al orco y su orca guatona y teñida que andan enmierdando las calles. Ratas asquerosas; habría que matarlas a todas no más. Todos contra la pared y vamos metiéndoles bala. ¡Qué weá!

Estamos cagados como pueblo. Una lástima.

(Perdón por tanta grosería y si además esto huele a clasicismo…estoy asqueado y empelotado. No me pidan que sea caballero esta vez)

Por Jorge Neira

Carlos Cristián PachecoGeneral
Está la cagada en este pueblito donde vivo. Todo convertido en un basural. Paraíso de las moscas y los ratones. La gran mayoría de los chilenos somos nada más que unos tristes y pobres weones, incultos y cochinos de mierda. Creemos que las plazas, las calles, las playas, los lagos, los...